Fosfina es el nuevo tratamiento de mitigación que se utiliza en la fruta fresca
Aprobado por el SAG, el tratamiento está siendo utilizado para el control de Lobesia botrana en uva de mesa, arándanos y ciruelas en el marco del programa origen.
En la última Conferencia de Cítricos de California, que se realizó en octubre pasado, el Dr. Spencer Walse (USDA-ARS) presentó los principales resultados de su proyecto de investigación de tecnologías de fumigación en postcosecha, que espera superar las barreras comerciales para las exportaciones de cítricos de California.
Según las deducciones de Walse, existe una alternativa viable al Bromuro de Metilo, el fumigante más usado en los últimos 50 años a nivel global, que está identificado como la fosfina. La tecnología de aplicación de fosfina pura fue desarrollada y patentada a inicio de los años 2000 por el Dr. Franziskus Horn de Fosfoquim, y hoy está siendo utilizada en diferentes países para la fumigación de fruta fresca a baja temperatura.
“A diferencia del bromuro de metilo, la utilización de fosfina para el control de plagas en fruta fresca puede realizarse a baja temperatura, evitando el quiebre en la cadena de frío, pero el tratamiento requiere de tiempos de exposición más largos. Estos tiempos de exposición más prolongados requieren de una adaptación de la infraestructura de la industria exportadora, requiriendo cámaras de fumigación de mayor tamaño en comparación con las utilizadas para la aplicación de bromuro de metilo, de modo de acomodar las necesidades logísticas del flujo de frutas”, señala Miguel Rogers, Phosphine Business Area Manager de Fosfoquim.
Hace 10 años la fosfina pura se comenzó a usar en fruta fresca, debido al protocolo México para el control del chanchito blanco y pomáceas, sin embargo, en los últimos años esto ha cambiado de manera sustancial, “debido a un esfuerzo constante de investigación y estrecho trabajo con la industria, ASOEX y SAG entre otros”, asegura Rogers.
Este gas presenta las ventajas que no deja residuos detectables en la fruta y que puede fumigar la fruta a temperatura de almacenaje. Estas dos características permiten que los tratamientos de fosfina no alteren la calidad de la fruta, por lo que llega en mejores condiciones a destino, incluido destinos lejanos como China, India, Japón y Corea.
Es así que durante esta temporada se está fumigando con el nuevo tratamiento de mitigación aprobado para el control de Lobesia botrana en uva de mesa, arándanos y ciruelas en el marco del programa origen. Sumándose estas frutas a las paltas con destino a China que están siendo fumigadas con fosfina desde el año pasado.
Para ahondar más en el tema, Simfruit habló con Miguel Rogers.
Con respecto al nuevo system approach aprobado para la exportación de Limones a Estados Unidos, ¿crees que su tecnología es capaz de integrarse? ¿Cómo ves ese mercado en términos de uso y aceptación de la tecnología HDS®?
La fosfina, por su modo de acción requiere de tiempos de exposición más bien largos para lograr mortalidades de un 100%, pero se logran mortalidades por sobre 90 o 95% normalmente en tratamientos de 24 o 48 horas. En este sentido, incorporar a la fosfina como una medida de control complementaria dentro de un esquema de System Approach en que trabajamos con fruta de huertos con baja prevalencia, o se cepilla la fruta, puede ser una excelente alternativa para los exportadores. Solo por citar un ejemplo, el SAG aprobó hace pocos meses un tratamiento de fumigación por 48 horas para el control de Lobesia, que combina la fumigación con fosfina con un tratamiento de frio en tránsito.
Debido a las presiones medioambientales, hay diferentes países debieran ir alejándose de aplicaciones como el bromuro de metilo, y acercándose a esquemas de System Approach que entreguen similares niveles de seguridad fitosanitaria. Hay una presión fuerte en EEUU contra el bromuro de metilo y los están obligando a recapturar el gas utilizado, presionando al alza los costos de fumigación en los puertos de EEUU para las siguientes temporadas. Asimismo, Corea del Sur también le esta cerrando a EEUU la opción de fumigar con bromuro en destino por razones medioambientales.
¿Cuál ha sido su experiencia en Chile y en el extranjero?
En Chile se ha ido avanzando en validar el control de diferentes plagas. En estos ultimos años hemos logrado la validación por parte del SAG del pulgón lanigero, escama de San José, escama blanca, y Lobesia botrana lo cual nos hace una alternativa más versátil y útil para los exportadores.
En USA la situación ha sido similar, tras realizar las investigaciones respectivas en conjunto con las autoridades y la industria californiana, nuestra tecnología de fumigación con fosfina está siendo adoptada y utilizada con gran éxito para las exportaciones de naranjas a Corea y Australia.
La investigación más que una prioridad, es una necesidad para nosotros. Es así que para poder avanzar hemos intentado trabajar estrechamente con los actores de esta industria ya sean productores, exportadores y otros centros de investigación.
En Estados Unidos, contamos con el apoyo del USDA-ARS para el desarrollo de investigación conjunta. Ellos tienen nuestros equipos y desarrollan investigación en temas relevantes como mosca de la fruta y nosotros contamos en nuestras instalaciones con un laboratorio de investigación en el hemos llevado a cabo numerosas investigaciones principalmente en temas de Brevipalpus chilensis.
Nuestro objetivo es ser un aliado del exportador, queremos ser la llave que abre nuevos mercados, no la piedra de tope. Debido a esto hemos desarrollado también diversas tecnologías que complementen los servicios de fumigación con la tecnología HDS®.
¿Qué tipos de tecnologías, además del HDS® han desarrollado?
En temas operativos, el año pasado desarrollamos las cámaras de fumigaciones móviles (CFM). Estas se hicieron a partir de contenedores refrigerados de 40 pies high cube y cuentan con su propio sistema de inyección de fosfina, sistema de ventilación, control de temperatura, chimenea, líneas de monitoreo de concentración de gases, líneas de monitoreo de temperatura y gabinete para guardar los equipos de monitoreo de gases.
Las CFM se ofrecen en un sistema de arriendo pensando en clientes que cuentan con una temporada corta, y no tienen cámaras propias y que quieren una solución por la temporada que no requiera una inversión mayor en infraestructura. La instalación de la cámara demora aproximadamente 5 horas y se entrega lista para su uso inmediato. La ventaja de tener una cámara de fumigación en la planta, es que facilita la logística de operación, reduce los costos de flete y asegura la trazabilidad de la fruta, ya que esta se fumiga en la misma planta donde se procesó.
En temas de monitoreo de gases, tenemos dos tipos de monitores desarrollados por nosotros o en conjunto con otras empresas. Los más utilizados son los monitores Certiph3os, que miden la concentración de fosfina en tiempo real registrando los datos tanto en su interior como en una plataforma web. Estos son los que se utilizan en el caso de tratamientos fitosanitarios oficiales, para demostrar que la concentración de fosfina se mantuvo dentro de los parámetros exigidos por el SAG.
Este año también se desarrolló el BuPH3er Zone XR, un equipo que monitorea la concentración de fosfina en las proximidades de una fumigación. Este equipo tiene integrado un sistema de alarmas visuales y auditivas que se activan de acuerdo a la concentración de fosfina detectada.
¿Cómo se preparan para enfrentar los nuevos desafíos que se viene para la fumigación en Chile debido a las modificaciones que se están trabajando en el marco regulatorio para las actividades de fumigación en Chile tanto por el SAG como por el Ministerio de Salud?
El fin de este nuevo marco regulatorio será mejorar el estándar de las actividades de fumigación, lo cual creemos que es positivo. Fosfoquim, como empresa fumigadora, siempre ha buscado tener los mejores estándares de seguridad y técnicos al momento de fumigar, por los que nos parece razonable que se quiera mejorar el estándar de una actividad de tanto riesgo como lo son las aplicaciones de fumigantes.
Este documento ya pasó la etapa de consulta pública y estamos a la espera de la publicación para ver la redacción final de este reglamento. En ese momento será fundamental analizar sus implicancias ya que involucrará, no sólo a la industria frutera, si no que a muchas industrias con realidades muy diversas entre ellas.
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